Tres años costó. Finalmente el Gobierno, por Decreto Supremo, declaró al caballo chileno Monumento Natural. Y la ocasión no pudo ser mejor. En una medialuna monumental repleta, el Presidente de la República, Sebastián Piñera, firmó el documento.
La iniciativa surgió en el consejo directivo de la Federación de Criadores, realizado en Coihaique en 2008, y fue desarrollada por la directiva de la Asociación Melipilla, que encargó el trabajo al abogado y criador Luis Valentín Ferrada, estudioso del caballo y las tradiciones, quien es parte del directorio del Museo de la Chilenidad.
Para lograrlo se tomó como base los convenios internacionales y las acciones similares adoptadas en los países vecinos con los caballos criollos, como es el caso de Uruguay, que lo declaró Patrimonio de la Nación, y de Brasil, que lo considera Patrimonio Cultural.
Luis Iván Muñoz, vicepresidente de la Federación de Criadores de Caballos Chilenos considera que la decisión impacta en tres aspectos:
Permite que se respete al caballo chileno como raza cuidada, pura y mantenida a través de varios siglos; en suma, se reconoce el trabajo visionario que tuvieron los primeros criadores.
También obliga a los actuales cultores a ser muy cuidadosos en la mantención de la raza chilena.
Y tercero, va a permitir hacer proyectos y actividades dentro del marco de la cultura del país, y por tanto,
acceder a recursos del Ministerio de Cultura y de la Dirección de Turismo.
"Este es un hito. Con eso se hace mucho más fácil para los criadores y amantes del caballo chileno lograr aportes, ayudas y orientación como parte del patrimonio de la nación", señala.
El decreto que lleva la firma del Presidente de la República, y de los ministros de Relaciones Exteriores y de Agricultura, destaca: "Nuestro caballo constituye uno de los acervos más valiosos de nuestro patrimonio y, en su mayor expresión, alcanza incluso, por su trascendencia en nuestra cultura campesina, a formar parte entrañable de los elementos de nuestra identidad nacional". Destaca también entre sus considerandos, que el caballo de "pura raza chilena" se ha constituido en un elemento de atractivo extraordinario, desde el punto de vista científico en cuanto recurso genético y zootécnico, y desde el punto de vista cultural, deportivo y turístico, lo que hace necesario reconocerlo y protegerlo.
La iniciativa surgió en el consejo directivo de la Federación de Criadores, realizado en Coihaique en 2008, y fue desarrollada por la directiva de la Asociación Melipilla, que encargó el trabajo al abogado y criador Luis Valentín Ferrada, estudioso del caballo y las tradiciones, quien es parte del directorio del Museo de la Chilenidad.
Para lograrlo se tomó como base los convenios internacionales y las acciones similares adoptadas en los países vecinos con los caballos criollos, como es el caso de Uruguay, que lo declaró Patrimonio de la Nación, y de Brasil, que lo considera Patrimonio Cultural.
Luis Iván Muñoz, vicepresidente de la Federación de Criadores de Caballos Chilenos considera que la decisión impacta en tres aspectos:
Permite que se respete al caballo chileno como raza cuidada, pura y mantenida a través de varios siglos; en suma, se reconoce el trabajo visionario que tuvieron los primeros criadores.
También obliga a los actuales cultores a ser muy cuidadosos en la mantención de la raza chilena.
Y tercero, va a permitir hacer proyectos y actividades dentro del marco de la cultura del país, y por tanto,
acceder a recursos del Ministerio de Cultura y de la Dirección de Turismo.
"Este es un hito. Con eso se hace mucho más fácil para los criadores y amantes del caballo chileno lograr aportes, ayudas y orientación como parte del patrimonio de la nación", señala.
El decreto que lleva la firma del Presidente de la República, y de los ministros de Relaciones Exteriores y de Agricultura, destaca: "Nuestro caballo constituye uno de los acervos más valiosos de nuestro patrimonio y, en su mayor expresión, alcanza incluso, por su trascendencia en nuestra cultura campesina, a formar parte entrañable de los elementos de nuestra identidad nacional". Destaca también entre sus considerandos, que el caballo de "pura raza chilena" se ha constituido en un elemento de atractivo extraordinario, desde el punto de vista científico en cuanto recurso genético y zootécnico, y desde el punto de vista cultural, deportivo y turístico, lo que hace necesario reconocerlo y protegerlo.
Artículo escrito por Arnaldo Guerra Martínez
No hay comentarios:
Publicar un comentario